Si uno piensa en la industria cinematográfica, uno sabe que cuando sale a rodar, no tiene mucho tiempo. Si quiere cortar el tráfico de una ciudad, ¿podría la industria estar sujeta a normas de soborno y corrupción que podría correr en algunas cuestiones? Apostemos pues…
El FBI corre detrás de Hollywood, cuando este, al parecer se entromete hasta en los festivales de cine, hasta casi un millón de dólares se han llegado a desembolsar para controlar la selección de un festival… En cuanto a los rodajes, si no fuera por esa desfachatez, ¿a quién se le ocurriría salir del país para ir a rodar en Kazakhstan, Nigeria, Angola, Indonesia, Rusia, Uzbekistan o Marruecos?… A nadie. El problema es que pocos entienden la necesidad de las Film Comissions locales. Al final, por muy rabiosas que parezcan estas instituciones (controladas por el Estado), todo sale mucho más barato. Os dejo con un artículo muy interesante recogido en Portfolio.com (en inglés).